Marik Ishtar
Su hermano pequeño, siempre ha sentido una gran responsabilidad para con él, dado que fue su única figura maternal con la que contó. Se siente totalmente responsable de la muerte de su padre y el sufrimiento de su hermano, a pesar de haber descubierto gracias a su poder que ese destino estaba sellado, que formaba parte de una historia mucho mayor.
Le quiere con locura y estaría dispuesta a llegar al mismísimo infierno con tal de ayudarle y librarle del dolor que le depara el mundo.
En el paado, no tuvieron una relación tan estrecha pero sus sentimientos eran los mismos: amaba a su hermano y no había día en que no preguntase por él.
Odión Ishtar
A pesar de no ser su hermano de sangre, ha crecido con él y su amor es el mismo que hacia Marik. Odión y ella han mantenido una suerte de complicidad como los dos hermanos mayores, sabiendo que todo lo que hacían era por proteger a su pequeño Marik.
Siempre ha sentido que Odión se veía ajeno a la familia Ishtar, como consecuencia del carácter abusivo de su padre, por ello mismo se esfuerza por hacer sentir a su hermano mayor como uno más de la familia.
Nederith Labay
Se conocieron siendo niñas, cuando la reina llegó al palacio para casar con Atem. Desde que la vio en su visión quedó prendada de su bondad y gentieza, y le enorgullece decir que la vio crecer y hacerse toda una mujer, toda una reina.
Su relación ha sido tan estrecha que se llegaron a tratar entre si como hermanas, han compartido tareastan humildes y sencillas como cuidar del orfanato, a algunas cargadas de simbolismo y poder como la creación de la cámara para Nederith.
Siendo además la única que recordó a la Reina tras la calamidad que desató su hermano, siempre oró por ella y se aseguró de que sus descendientes nunca la olvidasen.
Faraón Atem
En el pasado mantuvieron una estrecha relación que les permitía compartir muchas inquietudes acerca de su destino, de sus compañeros, sus amigos, sus responsabilidades...
En el presente, su deber como Cuidadora de la Tumba la mantiene estrechamente ligada al faraón y sus memorias, sobretodo aquellas que nadie más conoce, las relacionadas con su esposa y Primera Salvadora de Egipto.
Mai Valentine
Sintió su dolor como propio cuando Marik envió su mente al reino de las sombras, y como las dos mujeres adultas del grupo al pasar el peligro ambas siguieron en contacto y forjaron una gran amistad.
La considera su mejor amiga y adora pasar tades con ella, haciendo las cosas que nunca pudo hacer al ser una Cuidadora de la Tumba; salir de compras, tomar un café, salir una noche de copas... Incluso viajar por el continente, aprovechando la fortuna que amasa Isis con su provechoso puesto de trabajo.
Seto Kaiba
En el pasado fueron pareja, hasta que la pérdida de la Reina Nederith mantuvo a Isis ocupada en el templo, con el fin de plasmar en la piedra rosetta a través de su Pluma, la trágica historia que casi había destruido Egipto.
En el presente, ambos mantienen una curiosa reación dado el carácter orgulloso de Seto. Ambos son hombre y mujer de negocios por lo que tienen bastante más en comun de lo que parece... Ella adora chincharlo de vez en cuando, sea con niñerías, mediante el Duelo de Monstruos o hablándole sobre el futuro y el destino.
Aunque no comparten casa propiamente es habitual que uno pase X tiempo en el hogar del otro y viceversa.
Nubia
Fue gracias a los dioses que la encontró, habiéndole susurrado una noche fría que la Ciudad de los Muertos iba a ser amenazada, y no solo eso, sino que además allí encontraría a una de las discípulas de los Dioses.
Su carácter siempre alegre y enérgico es capaz de levantar el ánimo incluso a la persona más deprimida; la considera la mayor fuente de motivación dentro del palacio y siempre agradece su compañía.
Siente que puede confiar en ella para cualquier cosa, contarle sus secretos e incluso sus penas y que ésta joven chacal la apoyará y consolará.
Kisara
Que fuese tan tímida y huidiza le hizo difícil conocerla al principio, aunque pronto se percató de que poseía un gran y maravilloso poder, y un corazón aún más grande que lo anterior.
Se puede decir que mantuvo una relación más estrecha con ella que con otras mujeres, pues el sacerdote Seto se enamoró de ambas y ninguna tuvo inconveniente en consentir esa relación.
No se puede decir que sean pareja, ni nada parecido... Pero si que mantienen un vínculo más estrecho que otras discípulas.
Es un referente en cuanto a voluntad y sacrificio, nunca olvidará lo que hizo por Seto, nunca podrá saldar esa enorme deuda que contrajo... Aunque no cree que a Kisara le importe.
Noah
Es el primer dios a quien conoció... No... ¿Reencarnación? Como sea, ha demostrado ser un hombre encantador y divertido a ojos de la sacerdotisa.
Incluso no siendo su patrón, es el primer templo al que acude a dejar sus ofrendas, y siempre se encarga de que sean las mejores en cualquier caso.
Pero, al margen de su divinidad, Isis agradece pasar tiempo con él, que le de ''mimos'' y dárselos a él también.
Massika
Aunque esté bajo su cargo, no ve a esta joven escriba como una subordinada. Si bien no pasan tanto tiempo juntas como con otras personas, Isis disfruta de su entrega y meticulosidad a la hora de transcribir.
Le parece una jovencita muy educada y trabajadora y en secreto, desea tener una hija como ella.
Gracias a ella, mucha información de su clan pervivirá eternamente, y su trabajo durante la era oscura de Marik tiene un valor incalculable... Especialmente para Isis.
Le estará siempre agradecida de su labor y su profesionalidad.
Atsu
Detrás de ese carácter irritable y estresado se esconde un niño que tuvo una infancia más difícil de lo que nadie pueda creer... Se alegra de que sus pasos le llevasen a una vida mejor, y en situaciones complejas cualquiera se alegraría de tenerle cerca.
Trabajan a menudo en la meditación y concentración para que Apofis no vuelva a llevarlo por mal camino. Eso le ha permitido profundizar más en el carácter atormentado de este chico y apreciarle de verdad.
Siente que a veces ejerce papel de madre con él y le despierta sentimientos encontrados. Sin embargo, le quiere como la que más.
Sayagi
Sayagi es una sacerdotisa a la que Isis recurrió en un momento de zozobra, y cuya ayuda supuso un punto de inflexión en la vida de la Egipcia.
No solo porque la sabiduría nipona de Sayagi fuese una pieza clave en la salvación de Egipto... Sino porque supuso también la salvación de la propia Isis. La egipcia se encontraba sumida en una encrucijada vital que había ido escondiendo a sus más allegados, hasta que no pudo más y se lo confesó todo a la Sayagi, quién para Isis era un ejemplo de devoción, dedicación, rectitud y determinación.
Pese a la distancia entre ambas, Isis no quiso perder el contacto de ninguna manera y su amistad e intercambio mutuo de conocimientos siguió por correspondencia. Siempre encuentra tiempo y temas que tratar con Sayagi, desde los más simples como la gastronomía a algunos tan trascendentales sobre la vida y la muerte. Sea cual sea el tema, Isis ve en Sayagi un alma gemela con la que poder compartir cualquier pensamiento.
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