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SEKHMET, LA LEONA

Diosa de la guerra y de la venganza, pero también la diosa de la curación. Su aliento creó el desierto; protectora de los faraones y su guía durante las guerras.

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En la era más oscura jamás vista en Egipto, cuando sus gentes consideraban caídos a los dioses, cuando la oscuridad era reina y señora de las arenas, la diosa Sekhmet se alzo, orgullosa.

Depositó su confianza en una guerrera; Isis ya había manchado sus manos de sangre enemiga, luchando con honor y bravura en nombre de los Dioses a quienes había entregado su vida y su fe.

Le otorgó el control sobre algunas bestias divinas, en nombre de la diosa.

Sus armas, las garras de Sekhmet, requerirán que la Sacerdotisa demuestre que su cuerpo está listo para la batalla.

Las armas requieren espíritu, como las letras.

Las garras de Sekhmet son cuatro accesorios para manos y pies que simulan las garras de un felino; las primeras se sujetan a la mano y la muñeca mediante cierres de metal y sus garras son más largas, rectas y afiladas, ideales para cortes limpios en zonas vitales del cuerpo humano. Sin embargo, las garras de los pies tiene una estructura mucho más sólida y pesada, lo que con sus garras curvas y cortas las hace perfectar para golpear, clavar y desgarrar.

Ambas armas están imbuídas por el poder bélico de la diosa leona y otorgan una curación mayor, aunque a cambio de estas mejoras exige que su utilitaria apenas pueda llevar ropa que le dificulte los movimientos o la colocación de estas armas.

Además, son especialmente difíciles de dominar dado que exigen un control sobre el propio cuerpo sumamente alto; un movimiento mal calculado o un simple traspiés puede suponer graves daños tanto a aliados como a si mismo. Exige un duro y largo entrenamiento que puede que no sea superado si el usuario no aprende al ritmo necesario.

Créditos a: Kazuki Takahashi (Yu-Gi-Oh), Terry Goodkind (La Leyenda del Buscador), @__LadyOfDawn y la propia escritora.

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